Hablar de Berta es hablar de escritura. Resulta sorprendente la biografía de esta joven poeta valenciana, la cantidad de versos a sus espaldas: Manojo de abominaciones (2008), Night club para alumnas aplicadas (2009), Fresa y herida (2011, en prensa) e Introducción a todo (2011), este último de reciente publicación gracias al premio IV Premio de Poesía Joven "Pablo García Baena", organizado por La Bella Varsovia.
Berta estudia Ciencias Políticas y Economía —qué aburridos, los poetas filólogos— una feliz prueba de la tremenda versatilidad que ejercita en la escritura: poesía, pero también relato, ensayo o teatro, de hecho recientemente ha resultado premiada en el XIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero, con la mini-obrita Antígona en el Diario de Patricia.
La estructura de su último poemario, le delata: ‘introducción a la autoficción’. Berta abre el mapa e inicia una búsqueda subterránea. Ella misma habla de la poesía como un hecho arqueológico. Pero en esta mirada solitaria, resulta asimismo interesante, frente al proceso de escritura de muchos poetas, que en su poesía Berta demuestra ser consciente de ese lector que le atiende, de su presencia ahí al otro lado, en su escucha atenta y necesaria. Subyacen detrás de sus versos, milimétricamente estudiados, una voz que dialoga con el lector en busca de su mirada cómplice, de un gesto.
Y es que en ese sentido, lo vemos ya en el primer poema del libro, Berta es una alumna aplicada, o al menos que reconoce el valor de sus maestros: Luis Alberto de Cuenca, Felix Grande, Ángel González... pero también Sylvia Plath, o el papel de la Filosofía.
Sin embargo, el hecho poético es para ella algo sencillo. Lejos de recitales, de la farándula, Berta es muy amiga del momento de creación, del rito catárquico de empuñar un lápiz —tecla— y ordenar pacientemente un impulso vital que intuyo no deja escapar. Quizás por ello, por su dedicación a la poesía vemos en sus versos una tremenda lucidez. En distintos poemas:
En Berta también la soledad, pero no una soledad angustiada sino paciente, observadora. La vemos ya en la cita de uno de los poemas: Nadie nunca nada me es constante (Carlos Edmundo de Ory):
(Cuando nos preguntamos quién presentaría el poemario de Berta García Faet, una de las ganadoras del IV Premio de Poesía Joven "Pablo García Baena", no lo dudamos: intuimos la conexión entre sus poemas y los de Juanma Prieto. Él nos ha cedido ahora el texto que leyó en la presentación, el pasado 5 de abril en la Librería Luque... La foto es de Lola Araque y la hemos robado del flickr de Cosmopoética).
Berta estudia Ciencias Políticas y Economía —qué aburridos, los poetas filólogos— una feliz prueba de la tremenda versatilidad que ejercita en la escritura: poesía, pero también relato, ensayo o teatro, de hecho recientemente ha resultado premiada en el XIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero, con la mini-obrita Antígona en el Diario de Patricia.
La estructura de su último poemario, le delata: ‘introducción a la autoficción’. Berta abre el mapa e inicia una búsqueda subterránea. Ella misma habla de la poesía como un hecho arqueológico. Pero en esta mirada solitaria, resulta asimismo interesante, frente al proceso de escritura de muchos poetas, que en su poesía Berta demuestra ser consciente de ese lector que le atiende, de su presencia ahí al otro lado, en su escucha atenta y necesaria. Subyacen detrás de sus versos, milimétricamente estudiados, una voz que dialoga con el lector en busca de su mirada cómplice, de un gesto.
Y es que en ese sentido, lo vemos ya en el primer poema del libro, Berta es una alumna aplicada, o al menos que reconoce el valor de sus maestros: Luis Alberto de Cuenca, Felix Grande, Ángel González... pero también Sylvia Plath, o el papel de la Filosofía.
Sin embargo, el hecho poético es para ella algo sencillo. Lejos de recitales, de la farándula, Berta es muy amiga del momento de creación, del rito catárquico de empuñar un lápiz —tecla— y ordenar pacientemente un impulso vital que intuyo no deja escapar. Quizás por ello, por su dedicación a la poesía vemos en sus versos una tremenda lucidez. En distintos poemas:
...si una cosa he aprendido/ es que hay cosas que sólo se entienden con el tiempo...
...como es desagradable en exceso ser consciente...
...el verso definitivo/llega justo antes de morirte...
Berta es también poliédrica, es capaz de amar “infinita, contradictoria o acumulativamente”. Una especie de inteligencia visceral, como decía, a veces vulnerable. Por está razón está más expuesta al arbitrio de la decepción, que se ve en cierto escepticismo desilusionado, pero la poesía le ayuda a poner las cosas en su sitio. La presencia del sexo, del desamor, del amor, sobre el que un apartado del libro se erige en una auténtica poética vital, en una especie de ars amandi. El arrepentimiento:...como es desagradable en exceso ser consciente...
...el verso definitivo/llega justo antes de morirte...
‘me maquillo
como una puta (por suerte me entreveo
en el espejo del ascensor y subo penitente
corriendo a lavarme la cara)
Cómo no, el desengaño suele aparecer en un poemario joven pero en todas sus vertientes, pero que aparece aquí como no como un invitado no deseado compañero de viaje irremediable. Un eterno retorno al amor, a la debilidad, a la vida: ‘introducción a creer en el amor’.como una puta (por suerte me entreveo
en el espejo del ascensor y subo penitente
corriendo a lavarme la cara)
En Berta también la soledad, pero no una soledad angustiada sino paciente, observadora. La vemos ya en la cita de uno de los poemas: Nadie nunca nada me es constante (Carlos Edmundo de Ory):
Yo —esto ya se sabe—
estoy al acecho, busco
calor y luz
En Berta las imágenes más peculiares forman parte de un artefacto que explota a final de poema cuando la voz y el lector asienten al mismo tiempo.estoy al acecho, busco
calor y luz
vengo
a enmendar
el silencio
Introducción a todo es un libro construido en el recuerdo y edificado en un futuro felizmente imperfecto. Si hay algo admirable en un poeta es su sinceridad, su autenticidad a la hora de reconocer la existencia vulnerable, el eterno aprendizaje. Introducción a todo es un libro recio, honesto... es un diálogo fructífero, casi platónico, pero afortunadamente no pretencioso, es decir no por ello lleno de respuestas y conclusiones. Las respuestas en el verso mismo, en el alumbramiento de la palabra adecuada en el momento justo. Su participación en Cosmopoética, su paso por Córdoba, nos ha enamorado, nos ha dejado con ganas de ‘más Berta’. De momento, la mejor solución es ‘introducirnos totalmente’ en su último poemario.a enmendar
el silencio
(Cuando nos preguntamos quién presentaría el poemario de Berta García Faet, una de las ganadoras del IV Premio de Poesía Joven "Pablo García Baena", no lo dudamos: intuimos la conexión entre sus poemas y los de Juanma Prieto. Él nos ha cedido ahora el texto que leyó en la presentación, el pasado 5 de abril en la Librería Luque... La foto es de Lola Araque y la hemos robado del flickr de Cosmopoética).
0 comentarios:
Publicar un comentario